No tengas miedo a llorar.
Si necesitas llorar llora.
Te limpias por dentro.
Y reflexionas.
Ves la vida de otra manera.
Y lo mejor es, que cuando has terminado de llorar y de reflexionar, tu corazón se llena de alegría.
Te sientes feliz, al saber que ya as liberado esa tristeza de tu interior.
Piensas que hay cosas por las que sonreír, y que llorar no es tan malo.
A veces viene bien.
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